La noche es clara
-hay luna llena-,
en la distancia
se ve
la casa del lama iluminada
-probablemente con velas-.
En la distancia
-pero también muy cerca-
se oye
el golpeteo rítmico de un damarú
y un grito agudo que sube y sube
-con intervalos de silencio-
y los ladridos de los perros
alborotados.